Laicismo y derechos humanos: Un binomio imprescindible
Introducción
La relación entre laicismo y derechos humanos ha sido desde siempre un tema de controversia en la sociedad. Aunque ambos conceptos parecen ir de la mano, en la práctica no siempre se han respetado plenamente los derechos humanos en sociedades laicas, y viceversa. En este artículo nos adentramos en la importancia del binomio entre laicismo y derechos humanos.
Laicismo
El laicismo es un sistema que defiende la separación entre estado e iglesia. La religión se priva de su poder en la toma de decisiones estatales y se establece la igualdad de todas las creencias, así como la libertad de conciencia para cada individuo.
Este es el modelo que muchos países han intentado seguir, pero no siempre se ha logrado. La falta de seguridad en la libertad de culto y la discriminación han sido problemas que han afectado a muchos ciudadanos en sociedades laicas.
El laicismo no debe de ser entendido como una actitud esencialmente anticatólica o antireligiosa, sino debe de promover y apoyar la libertad de culto y la tolerancia hacia todas las creencias.
Derechos humanos
Los derechos humanos son fundamentales para todas las sociedades, y su respeto es esencial para una convivencia pacífica y justa. Los derechos humanos son inherentes a la persona, no son otorgados por el estado o por la religión.
Entre ellos se encuentran el derecho a la vida, la libertad, la igualdad, la libertad de pensamiento, la libertad de expresión, la libertad de reunión, y la libertad de elección de religión o creencia.
Libertad de religión
La libertad de religión es uno de los derechos humanos más fundamentales. Este derecho permite a cualquier persona elegir su religión o creencia y practicarla sin riesgo de discriminación o amenaza.
En las sociedades laicas, la libertad de religión es especialmente importante, dado que la ausencia de una religión estatal hace que oposición hacia una religión minoritaria resulte fácilmente justificable.
La igualdad de todas las religiones, y la libertad de elegir una verdadera libertad otorga a los ciudadanos la oportunidad de elegir su creencia libremente, siendo esencial para el desarrollo de un estado democrático.
El binomio entre laicismo y derechos humanos
El laicismo y los derechos humanos son inseparables en la sociedad. Ambos conceptos son fundamentales para establecer un espacio social libre e igualitario.
El laicismo es una garantía de la protección de los derechos humanos, prohibiendo cualquier discriminación en función de la religión. Por otro lado, el respeto a los derechos humanos es esencial para establecer una sociedad laica, esencialmente igualitaria y tolerante.
Ejemplo en España
En España, la Constitución de 1978 estableció el laicismo como modelo fundamental de relación entre estado e iglesia. La libertad de elección de religión o ninguna, así como la igualdad de las religiones, fue fundamental para la creación de una sociedad laica desde la raíz.
En la actualidad, esta situación sigue siendo la misma, pero no siempre se respeta la igualdad de religión. Existen opciones educativas que respetan únicamente una religión, o no respetan la decisión de padres y alumnos de no querer tener una religión. Dotar al estado de estas capacidades es contrariar la esencia de la laicidad, argumentando una libertad orientada en una religión o creencia.
Conclusión
El laicismo y los derechos humanos son dos conceptos muy importantes para el bienestar social y para la garantía de un espacio igualitario y libre. La igualdad de las creencias y el respeto a los derechos humanos son esenciales para toda sociedad, sin importar el modelo de estado que se siga.
La sociedad debe promover la igualdad de todas las religiones, tolerar a las diferentes creencias y respetar los derechos fundamentales. En definitiva, la relación entre laicismo y derechos humanos es un binomio imprescindible.